De la especie de cactus colgantes, los rhipsalis son quizás los más famosos y populares. Hoy os presento al Rhipsalis cereuscula, conocido también como cactus coral. Es endémico de América del sur, más concretamente de Bolivia, Brasil, Paraguay, Uruguay y Argentina. Crea unos tallos cilíndricos que van recogiéndose y expandiéndose con las plantas que tengan al lado sin ocasionar ningún problema, simplemente usándolas como punto de apoyo. De este modo, puede llegar a crecer cincuenta centímetros produciendo unas flores pequeñas blancas unidas en uva. Es una especie que necesita un tratamiento diferente en comparación a las otras familias.
En cuanto al sol, no le gusta tener sol directo, ya que en su hábitat natural viven en las selvas, colgados a las copas y allá prácticamente no llega luz solar. Si los rayos solares lo tocaran directamente, hay una alta posibilidad de quemarlos, y por desgracia a mí me ha pasado. Esto los hace unos cactus buenos para tenerlos dentro de casa en una habitación muy bien iluminada.
En el momento de regarlos, a pesar de tener unas condiciones especiales, no conviene sobrepasarse. Si dudáis que pueda tener agua todavía, es mejor esperar un par o tres de días que el sustrato se seque por completo entre una regada y otra. En general, se tienen que regar entre tres y cuatro veces por semana en verano y una vez o dos el resto del año. Si disponéis de agua de lluvia almacenada, siempre será mejor que el agua de casa, y si se da el caso que no tenéis de la primera, agua sin cal servirá. Es importantísimo no mojar las hojas al regar y cuando se haya bebido toda el agua, retirar la que tenga en el plato. Si no se hace esto, ponemos en riesgo su vida, es decir, que es pudra.


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