Una de las maneras aparte de los esquejes que tenemos para reproducir los cactus, es mediante semillas, aunque, todo sea dicho, es un sistema algo más complicado que funcione y dé buenos resultados. Una vez has plantado las semillas, pueden tardar entre tres semanas y unos meses en germinar, no está especificado, todo depende de la variedad de cactus que intentamos crear. A continuación, os explico cómo lo he hecho para plantarlas. Lo primero que tenemos que hacer es localizar un cactus que después de que las flores se hayan marchitado, nos dejen los «paquetitos» rosas donde en su interior están las semillas.
Cómo podéis observar, no son muy grandes, de entre dos y tres centímetros de largo. Tiene una punta negra, que es donde había la flor para entendernos y una punta blanquecina, que es la parte que está enganchada al cactus. Con la ayuda de unas pinzas vais cogiéndolos con cuidado de no pincharos o arrancar sin querer una espina. Normalmente, salen entre diez y veinte.
Preparad un recipiente a ser posible blanco, así os será mucho más fácil de ver las semillas y vais abriendo uno por uno cada paquete. Podréis ver que tienen una textura entre gelatinosa y un poco mocosa. Ahora, con la ayuda de una navaja muy bien afilada, abrid y retirad todo lo que haya adentro, con la punta misma del cuchillo rascando un poco no tendréis problemas. Poned la pulpa mezclada con las semillas dentro del recipiente con agua. Seguidamente, coged una silla y mucha, mucha paciencia, porque ahora viene la parte más pesada.
Cada punto que veis en esta foto, es una semilla. Cómo podéis apreciar son diminutas, por eso mismo digo que este punto es lo más pesado, porque cogerlas mientras están flotando al agua es más difícil del que os pensáis. Yo os aconsejo que cojáis un pincel pequeño de aquellos para pintar y vayáis poniéndolas sobre un papel absorbente (papel de cocina).
Una vez hayáis separado las semillas de la pulpa y estén todas fuera del agua, preparad un recipiente transparente con sustrato especial para cactus. Si tiene su propia tapa mejor, si no es posible, una bolsa de plástico transparente también hará la misma función, que será crear y aguantar la humedad necesaria en su interior.
Finalmente, solo queda esparcir las semillas por sobre el sustrato. Es muy importante que las semillas queden lo más cerca de la superficie posible, por eso, no las cubriremos de tierra. Si el recipiente no tiene agujeros de drenaje, no es un problema, puesto que no regaremos en exceso.
Ahora, solo tendremos que procurar mantener el sustrato húmedo, pero sin que esté encharcado, esto quiere decir que tendremos que regar con una botella que tenga un espray o un pulverizador. Es importante que no le dé el sol directo (secaría demasiado la tierra y las semillas no germinarían), por eso poned el recipiente en un lugar donde tenga iluminación, pero sin recibir radiación. Os podéis preguntar por qué hay una fecha escrita a la bolsa. Esto no es por nada más que para controlar el día que las planté y controlar también el tiempo que puede pasar y ver si han germinado o se queda en un intento fallido.