La Opuntia Monacantha denominada vulgarmente Monducuru, es un cactus arbustivo que puede hacer hasta seis metros de altura si está a su hábitat natural. Se puede diferenciar sin muchos problemas el tronco de la copa y las ramas. El tronco puede hacer unos quince centímetros de diámetro, mientras que la copa está densamente ramificada de las palas ovaladas u oblongas tan peculiares de las opuntias. Se caracterizan porque son estrechas en la base y hacen entre diez y treinta centímetros de longitud. Normalmente, son de color verde brillante, pero a veces pueden tener rallas amarillentas y blanquecinas, pero esto ya se da prácticamente solo a la variedad variegada.
Si nos fijamos bien, también podremos apreciar que tiene unas hojas diminutas, de dos a tres milímetros de longitud. Las aréolas son muy traidoras, tened cuidado porque, si manipuláis esta planta sin ningún tipo de protección en las manos, podéis acabar con los dedos llenos de aquellos pinchos invisibles que cuestan tanto de sacar (lo que se llama gloquidios). Son lanosas y marrones. Tiene unas espinas que de normal son muy solitarias, totalmente rectas y pueden medir de uno a cuatro centímetros de longitud, pueden ser desde color marrón-amarillento a marrón rojizo oscuro.
En cuanto a las flores, surgen de mayo a junio. Pueden ser de color amarillo vivo o rojizo, de entre siete y ocho centímetros de diámetro y ser muy abiertas. Después, cuando la flor ya se ha marchitado sale un fruto de ocho centímetros, de color rojo que es bastante persistente, es decir, que aguanta bastante tiempo enganchado al cactus antes de que no caiga al suelo. Tanto esta Opuntia como todas las otras variedades, son muy fáciles de reproducir. Se puede hacer tanto por semillas como asexualmente, que básicamente esto quiere decir que tan solo se rompa una pala y toque el suelo y nadie la manipule, ya es capaz de sacar raíces.
Es una especie de luz, que precisa iluminaciones intensas y directas. No soporta los suelos que se pueden encharcar con facilidad o los que están mal drenados. El riego tiene que ser abundante en verano y primavera y ser escaso o nulo en invierno. Una vez cada quince días en la primavera, una vez a la semana en verano y por último una vez al mes en otoño, después dejar de regar hasta la siguiente primavera.
Una cosa que encuentro que es muy negativa es que desde al menos el siglo XIX está muy extendida por Cuba, India, Suráfrica y Australia. Más recientemente se ha extendido por los Estados Unidos. Se trata de una planta invasora de zonas áridas, donde puede llegar a competir con ventaja con la vegetación autóctona, desplazándola o impidiendo su regeneración, y esto está siendo un problema grave.


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