Aquí tenemos la Crassula templo de buda, que es su nombre vulgar y por el cual es conocida y se trata de un híbrido entre la Crassula falcata y la*Crassula pyramidalis.
No acostumbran a sobrepasar los treinta centímetros de altura, pero porque esto pase tienen que pasar unos cuántos años. Si la miramos en detalle, podremos ver que es un ejemplar de hoja carnosa, de color verde grisáceo, salen muy juntas entre ellas del tallo central y, lo que es curioso es que todas las puntas miran hacia arriba.
En cuanto a las flores, yo no he tenido la oportunidad de ver ninguno en florecimiento, pero por lo que he podido ver en fotografías de otras personas, son de color blanco rosado, son muy pequeñas y numerosas y normalmente salen a la punta del tallo. Acostumbran a florecer desde finales de primavera hasta cualquier estación del año.
El riego tiene que ser moderado durante la temporada de calor, por eso es razonable regarla una vez por semana en verano, una vez cada quince días en la primavera y principios de otoño y prácticamente eliminar el riego en invierno. Antes de aportar agua, nos aseguraremos que el sustrato está completamente seco.
Finalmente, si queréis que os viva la planta y que no se os muera cómo tantas veces me ha pasado en mí, procurad no exponerla al sol directo de las horas centrales del día. Le gusta recibir una buena iluminación, pero evitando las horas más calurosas. Pero también os tenéis que asegurar que no le toque el frío, puesto que no aguanta ninguna helada ni temperaturas inferiores a los diez grados positivos.


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