Os presento una suculenta que encuentro bastante curiosa. Se trata de la Albuca Humilis, originaria de África del Sur, prefiere zonas que sean áridas o semiáridas y la podemos encontrar con mucha facilidad allá donde haya rocas e incluso a altitudes de hasta 2800 m.
Si nos la miramos más en profundidad, veremos que es una estructura muy simple: una base bulbosa y unos tallos verdes que pueden hacer de 8 a 25 centímetros de altura. Las flores son bastante simples también: en la punta de los tallos verdes, salen unas pequeñas flores amarillas con unas rayas verdes en cada pétalo. Si estamos de suerte y la tenemos en las condiciones adecuadas, lo podremos ver desde finales de verano hasta muy entrado el otoño.
En cuanto al riego, es una variedad que no le gusta mucho el agua, esto quiere decir que antes de regar nos tenemos que asegurar que el sustrato está completamente seco, así evitamos posibles podredumbres del bulbo y que este ejemplar se nos muera. Por eso, durante todo el año a excepción si hace falta del invierno, la regaremos una vez cada tres semanas y siempre, repito, mirando que el sustrato esté seco. Puede ayudar también que tenga un buen drenaje y sobre todo también un requisito de la planta es que tenga sol directo.
Su temperatura ideal es entre los 20 y los 38 grados positivos. Tiene también mucha resistencia a las variaciones de temperatura, aguantando la temperatura mínima de cero grados y la máxima de 43. Si allá donde la tengáis veis que tiene daños en las hojas o que no os crece durante el invierno, puede ser una clara muestra que no está aguantando muy bien las temperaturas bajas. Mientras que si en verano veis que las hojas se queman o que la planta se deshidrata, es también una señal que está sufriendo. Para evitar que esto pase, en invierno podemos llevar la planta al interior de casa y ponerla junto a una ventana y en verano, proporcionarle sombra y un riego adecuado.
Para acabar, si respetamos todo lo que he dicho anteriormente disfrutaremos de nuestra Albuca Humilis por mucho de tiempo. Podemos fertilizar la planta durante la época de crecimiento que es entre la primavera y el verano. En otoño e invierno también se le puede aportar, pero con más moderación.


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