La Haworthiopsis Limifolia, antes conocida como Haworthia Limifolia, es una suculenta originaria de África del sur y la podemos conocer también por el sinónimo de suculenta piel de cocodrilo, haciendo referencia al tacto de sus hojas.
Son bastante pequeñas, tienen unas hojas de color verde oscuro brillante, de forma cónica y con unas rugosidades blancas que van desde la base hasta la punta. Crecerán más en diámetro que no en altura, midiendo como mucho entre seis y diez centímetros de altura por entre diez y veinte de anchura. Por eso es recomendable cuando es hora de trasplantar, de ponerla en una maceta que sea más grande de la base que no de alto. Si nos la miramos desde cierta distancia, observaremos que tiene forma de roseta.
Disfrutaremos de la floración desde la primavera hasta el verano. Veremos que del centro de la suculenta aparece un tallo largo de hasta treinta centímetros, que sinceramente será lo que más llamará la atención, porque en cuanto a las flores, saldrán unas campanillas blancas con rayas verdes alrededor.
Prefiere un lugar con semi sombra o luz indirecta. Es muy importante que respetemos esto porque la luz solar directa podría quemar las hojas, sobre todo si es aquel sol tan caliente de los días más calurosos del verano.
El riego, adecuándola a sus condiciones solares, no regaremos sin antes asegurarnos que el sustrato está completamente seco al tacto. Regaremos una vez cada quince días en la primavera y verano y, solo una vez al mes en otoño. Dejaremos la temporada de invierno sin riego para evitar posibles heladas.
Y para acabar, la temperatura mínima considerada de seguridad es de cuatro grados positivos, a pesar de que si estáis a un lugar donde hiela muy puntualmente y es un frío débil, podría soportar temperaturas inferiores a los cuatro grados que he mencionado antes. Y las temperaturas superiores, siempre que lo tengamos protegido, no hay de haber problema con la temperatura máxima y la radiación solar.



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