El saneamiento de un rosal es quizás un momento importante para la evolución de la planta. Es el momento donde sacamos las partes que le pueden estar perjudicando para dejar que se desarrolle correctamente y, por lo tanto, crezca más fuerte. Si por las razones que sean no se actúa retirando estas partes, puede ser perjudicial y puede provocar un posible deterioro de nuestro ejemplar.
La época donde tenemos que estar alerta para llevar a cabo este saneamiento es el momento que el rosal empieza a florecer. Es decir, desde la primavera hasta final de verano, que es normalmente cuando dejan de hacer rosas. Si se da el caso que algún rosal que tengáis en casa hace alguna flor en invierno, tenéis que hacer lo mismo cómo si fuera en verano (teniendo en cuenta, que en invierno se les hay de hacer una poda de mantenimiento). Este tipo de poda es mucho más fácil que la poda que se les hace con el frío, pues simplemente consiste a retirar las rosas que ya se han secado. A continuación, os explico este procedimiento y podréis ver un ejemplo claro con estas dos fotos.
En la foto de la
izquierda podéis ver que hay dos rosales que si os fijáis podréis ver que hay
unos puntos marrones que son los restos de la rosa, es lo que queda cuando han
caído todos los pétalos (para entendernos, es el recipiente que queda dónde en
su interior se encuentran las semillas). En cambio, en la foto de la derecha,
estos pequeños recipientes ya no están. Para conseguir que vuestros rosales
luzcan igual que estos dos y que os ofrezcan rosas hasta el final de la
temporada, tened en cuenta lo que os explicaré ahora.
-Primero: tenéis
que localizar las partes que se tienen que retirar. Son fáciles de ver porque,
como ya os he dicho antes tienen una coloración marrón y se ven claramente con
el contraste verde de las hojas.
-Segundo: una vez
encontradas, procurad tener un cubo vacío a mano para ir dejando los restos.
Coged las tijeras de podar, que os tenéis que asegurar que están afiladas para
poder hacer un corte lo más limpio posible y por último y no menos importante,
si queréis evitar pinchazos, coged unos guantes de jardinería para evitar
accidentes.
-Tercero: si ya
tenéis todo el material, ahora ya podéis empezar a podar. Coged la rosa por la
punta, mirad atentamente el tronco, bajad despacio hasta que veáis donde
empiezan las hojas. Tenéis que cortar justo por debajo del segundo o el tercer
tramo de hoja, es decir, si decidís cortar a partir del segundo comienzo de
hoja, quiere decir que tenéis que cortar justo por encima de la tercera hoja.
Tenéis que hacer un corte limpio (de aquí la importancia de tener una
herramienta afilada) de unos cuarenta y cinco grados aproximadamente, porque
así evitaremos que se acumule agua si llueve y evitaremos posibles
enfermedades. Ahora, simplemente tenéis que ir repitiendo lo mismo por todo el
rosal hasta dejarlo lo más limpio posible, si veis que hay alguna hoja seca,
también podéis aprovechar y retirarla.
Cómo os había
dicho, es un trabajo de poda muy fácil, que no os llevará mucho trabajo y sobre
todo no os sacará mucho tiempo. Yo para hacer estos dos que veis y otro de más
pequeño que hay al lado he tardado unos diez minutos. Cuando haya pasado un
tiempo, veréis que vuelve a brotar por donde habíais cortado y, por lo tanto,
esto serán rosas nuevas.
Para acabar, os
dejo una foto de cómo os tendría que quedar el corte si habéis hecho todo lo
que he explicado antes. No sufráis si no os queda bien las primeras veces que
lo hacéis, ya iréis mejorando con la práctica.