Hoy hablaremos de la Echinopsis Terscheckii, procedente de América del sur, la podemos conocer por el sinónimo científico de Cereus Terscheckii. Es un cactus de porte arborescente, muy robusto que puede llegar a los doce metros de alto. Las ramas son cilíndricas, muy carnosas de un color verde claro y mide entre diez y veinte centímetros de diámetro.
Las espinas pueden hacer entre dos y ocho centímetros de largo y, de normal tienen una espina central, pero a veces no está. Y entre ocho y quince de radiales. Salen en medio de una aréola entre blanca y amarillenta y levemente lanosa.
La floración se da desde finales de primavera hasta finales de verano. Tienen una apertura nocturna, durante el día podemos ver que es una flor blanca, de entre quince y veinte centímetros de longitud con forma de embudo y podemos ver también que de la parte interna hasta el final del tubo está recubierto por unos pelos muy finos.
Es una planta tolerante a la sequía y no es necesario seguir un riego muy estricto. Aquí en lugar de estar regando cada X tiempo, lo que haremos será regar abundantemente cuando el sustrato esté completamente seco. Si lo tenéis en una maceta, una vez el suelo haya absorbido toda el agua posible, retiraremos el agua sobrante que pueda tener en la superficie, así evitaremos la acumulación de agua. Durante la temporada de crecimiento (primavera y verano) sí que tendremos que vigilar de estar más atentos y no dejar el sustrato seco durante mucho tiempo, sino que podemos variar un poco y en lugar de regar de manera abundante, podemos regar más moderadamente y más seguido, esperando está claro que la tierra se seque. El resto del año, menos en invierno sí que lo haremos de la primera manera.
La Echinopsis Terscheckii es un cactus que necesita sin ningún tipo de duda la luz solar para poder vivir, desarrollarse y también para florecer. Por eso, la pondremos en un lugar donde le dé el sol a ser posible durante todo el día. Después, durante el verano, cuando la radiación solar es más acusada, la tendremos que proteger para evitar posibles daños. Al ser una especie tropical, no tolera las temperaturas bajas, por eso, cuando sean inferiores a los diez grados positivos, tendremos que proporcionar protección para evitar posibles heladas.
Finalmente, os explico qué puede pasar si no recibe suficiente luz. Veremos que la punta (o puntas si es que tiene ramas) se empiezan a alargar adquiriendo una tonalidad mucho más clara que el resto del cuerpo. Llegados a este punto, si somos rápidos y a los primeros signos de falta de luz la cambiamos de lugar, no pasará nada, en cambio, si dejamos pasar el tiempo y no aplicamos medidas, esto será irreversible.


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