Os presento la Kalanchoe Thyrsiflora, conocida también con el sinónimo científico de Bryphyllum Thyrsiflora (a pesar de que yo en alguna ocasión lo he escuchado con el nombre vulgar de dama blanca del norte). Es nativa de África del sur, pero la podemos encontrar también en Asia y Madagascar.
Su composición es muy básica. Se trata de una planta de medida pequeña que si está en unas condiciones óptimas puede superar el medio metro de altura, tiene forma de roseta con unas hojas muy carnosas, redondeadas y planas y con una tonalidad que según la variedad que sea, puede ir desde el color crema, verde amarillento o verde grisáceo, y lo que tienen en común todas ellas es que tienen todo el perímetro de color rojo, sea en mayor o menor intensidad. Podemos observar también, que tiene un recubrimiento ceroso blanquecino por toda su superficie que sin duda le da un punto muy característico a esta crasula.
En cuanto a la floración, normalmente se acostumbra a dar a partir del segundo año de vida de la planta, y se produce a través de un tallo largo que puede llegar al metro de altura recubierta también de una especie de polvo blanquecino que acaba con una inflorescencia muy densa. Estos tallos tienen unas flores inferiores que se van volviendo más pequeñas y más redondas a medida que esta va tomando altura. Estas inflorescencias están formadas por unas flores muy pequeñas de forma tubular, midiendo como mucho un centímetro y medio de longitud. Las flores son de color verdoso y en su país de origen florecen entre los meses de febrero y junio. Son unas flores excelentes para las abejas y otros insectos polinizadores. Un punto que encuentro que es muy curioso, es que esta floración puede durar mucho tiempo en la planta, puede durar hasta el final de la planta, es decir, que la planta entera muera, antes, pero, todas sus semillas se habrán esparcido con mucha facilidad gracias a la acción del viento.
Como se trata de una planta crasa, tenemos que controlar el riego y la ubicación dentro de casa. Si la tenéis en el interior, tenéis que saber que la fisiología de la planta cambiará ligeramente. Las hojas serán más grandes, más gruesas y la coloración no será tan intensa, principalmente por la falta de luz solar directa. Sabiendo esto, el riego será bastante escaso, regaremos muy poco esperando que el sustrato esté completamente seco o tenerlo un poco húmedo tirante hacia seco. Y por la luz, podéis ponerla junto a una ventana donde le dé el sol directo unas cuántas horas. Un punto muy importante, es que la tenéis que mantener alejada de los aires acondicionados y las calefacciones.
Finalmente, como en su hábitat natural están expuestas a temperaturas severas, han sabido adaptarse para sobrevivir a estas condiciones, tanto de frío como de calor.


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