Por su
simplicidad hay quién denomina al Lithops Aucampiae piedra viva. Nace sobre
todo en África del sur. Su apariencia puede variar de un ejemplar al otro, pero
todos se basan en lo mismo: dos hojas grandes y carnosas con unas ventanillas
para que entre la luz a la parte subterránea de la planta. A medida que van
creciendo, en medio de las dos hojas principales se crea una grieta que se va
abriendo y de allá salen dos hojas más. Las viejas para decirlo de alguna
manera, acostumbran a secarse. Cuando las hojas ya se han suplementado tres o
cuatro veces quiere decir que a la próxima vez que se generen las nuevas, del
medio saldrá una flor, que en esta especie es de color amarillo brillante. Si el
lugar donde está le gusta, la flor puede llegar a durar una semana.
Este tipo de
cactus va completamente a la inversa a todos los otros. Normalmente, su época
máxima de vida es entre la primavera y el verano, puesto que a las especies de
lithops es en la primavera y verano que entra en reposo mientras que en
otoño-invierno está en su máximo esplendor. Cuando entramos en una primavera ya
avanzada y empieza el verano, empieza a entrar en un descanso vegetativo. No se
tiene que regar porque en su hábitat natural es cuando empieza el calor intenso
y prácticamente no llueve, por lo tanto, nosotros regamos cada vez menos porque
ya coge el agua de las hojas viejas. Durante todo el verano, es cuando entra en
total reposo, pues, se tiene ha de suprimir completamente la aportación de agua
a menos que las hojas vivas no se empiecen a arrugar. Si esto pasa, se puede
aportar un poco de agua, asegurando siempre que no llegue al final de la
maceta. A mediados de agosto y principios de septiembre es cuando la planta
vuelve a la vida. Esto lo veremos porque la grieta entre las dos hojas se hace
grande, podemos decir que el lithops se abre. Es en este punto donde
empezaremos a regar gradualmente.
En el momento que
entramos en invierno, veremos que la planta se arruga completamente a pesar de
estar completamente despierta. Cuando esto pase, otra vez tenemos que disminuir
los riegos hasta dejar de aportar agua a finales de septiembre. Es importante
continuar así hasta que acabe el invierno. Cómo he dicho, durante el frío es
cuando están en crecimiento, pero ellas se abastecen de las hojas que se van
secando despacio. A principios de primavera volveremos a regar de manera
gradual y siempre esperando que el sustrato esté completamente seco entro
regada y regada.
Es crucial que
cuando hacen el cambio de hoja, las hojas que se vayan secando no tienen que
estar bonitas y vivas, pues esto impedirá que las que salgan nuevas se puedan
desarrollar correctamente. Con este aspecto la podemos ayudar poniéndola en un
lugar donde la temperatura no sea inferior a cinco grados, porque si no
podríamos perjudicar gravemente la planta.


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