VARIDAD DE CACTUS

Cactus Mammillaria Boscana

Vive sin problemas entre los 1.600 y los 2.300 metros sobre el nivel del mar.

Hoy os presento uno de los cactus más conocidos y sobre todo cultivados por su aspecto y la facilidad de cultivo. Se trata de la Mammillaria Boscana o Biznaga Boscana, que es como se conoce en algunas regiones. Proviene del centro y norte de México. Un punto curioso es que, si vais a buscarlo en su hábitat natural, podría ser que no lo encontrarais, pues crece en zonas de roca volcánica y en zonas áridas y semiáridas, escondido bajo los arbustos con sustrato de roca calcárea y pobres en materia orgánica.

Su forma es esférica al principio, mientras crece continúa siendo esférico, pero tiene tendencia a coger forma cilíndrica, de color verde claro o azulado. A pesar de que tiene una apariencia de bola de algodón tanto por su forma si te lo miras de lejos porque parece un montón de algodón y porque toda su superficie está recubierta por unos pelitos blancos sedosos. No os fieis por este aspecto, que puede dar ganas de tocarlo, pues bajo esta vellosidad blanca están las espinas, que para variar son de aquellas que acaban en forma de anzuelo (o de gancho, como queráis decirlo). Son de aquellas que, si se te clavan en la ropa o en la piel directamente tendrás muchos problemas para sacarlo, por el hecho que mientras sacas una todas las otras que están alrededor os puedo garantizar que todavía se engancharán más.

Su tamaño normal es de doce centímetros de altura por ocho de diámetro. Tiene entre treinta y cincuenta espinas radiales blancas y entre una y siete de centrales. Las flores, crecen en forma de embudo y pueden ser de colores variados: blanco cremoso, amarillo cremoso o rosado. Salen a la primavera y verano formando una corona. El fruto es cilíndrico, de color rosado-rojizo de unos tres centímetros de longitud y cuando pasa el verano, forma unas semillas también rojizas.

Para ir acabando, el riego tiene que ser más bien escaso, una vez cada quince días tanto en la primavera como el verano. En otoño e invierno dejar de aportar agua. Un apunte importante es que cuando se riegue, el agua no toque el cuerpo del cactus ni las flores en época de floración, puesto que se pueden marchitar con mucha rapidez. Un problema que suele presentar es que si regamos en exceso sobre todo en invierno (esto solo es aplicable en zonas donde el riego en invierno se puede aceptar porque las temperaturas mínimas son de diez o quince grados positivos), se puede hinchar y descontrolarse en el momento de crecer en la primavera y verano. Soporta temperaturas mínimas inferiores a los cinco grados negativos. Si durante todo el año tiene una buena iluminación (luz directa al exterior o semisombra) siempre respetando las horas más fuertes del día, ya que puede provocar quemaduras graves. Sin embargo, hemos de tener en cuenta las plagas como la araña roja, la cochinilla algodonosa o la pudrición de las raíces.

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