El Adromischus cooperi, es una suculenta muy vistosa por los curiosos puntitos rojizos que tiene por toda su superficie. Se lo conoce con el nombre vulgar de huevos de vereda (la vereda es un pequeño pájaro con las plumas de la espalda marrones y el pecho negro con los ojos de color naranja rojizo) y es originario de África del sur. Es considerada una planta enana porque de altura no crece más de siete centímetros y se extiende por el suelo hasta llegar a los quince centímetros. Las hojas se caracterizan por ser muy carnosas, anchas en las puntas y delgadas en la base, donde se enganchan al tallo. Se forma una curvatura sorprendente en las puntas de las hojas que le da una apariencia curiosa. Normalmente, son de color verde pálido, pero si le da el sol directo, aparecen unas manchas rojizas sobre todo por la mitad superior de cada hoja. Las flores son todavía más bonitas, pues sobresale un tallo que sobrepasa los treinta centímetros de altura y al final de éste, salen las flores que son muy pequeñas en forma de tubo con diferentes colores, como una variedad de rosas, morados y blancos. Digo que son sorprendentes porque en comparación con la suculenta, las flores se ven muy grandes. Como otras muchas suculentas y cactus, necesita buena iluminación. Podemos apreciar que con el sol las hojas se arrugan un poco coincidiendo con la época de calor, pero no os preocupáis y os pensáis que la planta se está muriendo, lo único que tenéis que hacer es regarlo y las hojas volverán a su formato normal (es decir, que se volverán a hinchar y quedará como si nada hubiese pasado). Y hablando del riego, necesita agua moderada, pero sin pasarse. Esto quiere decir que en verano quiere agua una vez cada quince días esperando que el sustrato esté completamente seco y en invierno retirar el suministro de agua, a menos que observéis que las hojas se arruguen, en este caso la aportación de agua será mínima. Puede soportar temperaturas bajo cero si son puntuales. Si se da el caso que persisten, se tiene que mover a un sitio como por ejemplo dentro de casa donde las temperaturas mínimas estén entre los diez y los quince grados positivos. Agradece el sol directo, cuantas más horas al día tenga sol mejor, siempre vigilando que no se queme pues es una suculenta muy sensible en cuanto a las hojas se refiere. La unión entre ellas es muy delgada, por eso el más mínimo golpe puede provocar que alguna de las hojas se rompa y se caiga. Pero todo sea dicho, si una hoja se cae, siempre la podemos usar para crear un Adromischus nuevo. Lo único que tenéis que hacer si esto os pasa, es buscar una maceta pequeña, poner tierra especial para cactus y suculentas y mantener el sustrato húmedo sin que el agua se encharque durante los primeros diez días. Pasado este tiempo, ya habrá empezado a sacar raíces y tenéis que empezar a regar como la especie misma lo requiera. Es importante también que cuando lo plantéis, no quede enterrado del todo, pues podría ser riego de pudrición. Si se trata de una hoja, esto se puede solucionar apoyando la hoja al lado de la maceta. Ahora sí, no tengáis prisa al verlo crecer, pues es de crecimiento lento y os puede pasar media vida esperando a verlo grande. Si veis que no crece, no tengáis el impulso de levantarlo para ver si ya a sacado alguna raíz, pues al hacer esto, lo único que vais a conseguir es romper la posible raíz diminuta que haya tenido tiempo a sacar en el tiempo que lleve en contacto con la tierra.


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