Os presento el Rhipsalis Pilocarpa, es un cactus peludo que crece como un arbusto. Si buscamos su origen, viajaremos hasta Brasil, en las regiones de la selva o semi selva, repartido solo por unos 2000 km2.
Si nos lo miramos cuidadosamente, podremos ver que tiene unos tallos cilíndricos de color verde con unas espinas blanquecinas blandas. No son nada puntiagudos y no tienen ni espinas ni agujas. Si eres un poco curioso con las cosas, verás que se asemeja un poco a las rastas que llevan algunas personas.
A medida que va creciendo se va ramificando y si lo tienes en una maceta, acabará siendo una planta colgante. Con el tiempo a veces saca raíces aéreas que pueden facilitar la propagación si queréis hacer esquejes.
En cuanto al riego, es completamente diferente al resto de variedades de cactus y suculentas que puedan existir, ya que, este Rhipsalis ha crecido en la selva y no en el desierto, necesita un sustrato húmedo sin que se encharque el agua. Esto es muy importante, porque podría llevarlo en la muerte por pudrición.
Es un cactus extraño porque necesita más agua durante todo el año. Yo recomiendo regar tres veces por semana en verano y como mucho dos veces por semana el resto del año.
Lo podemos tener tanto en el interior como el exterior. Por su porte, es un cactus muy adecuado para tenerlo en el comedor de casa. Necesita una iluminación indirecta o estar en semi sombra por el hecho que a su hábitat natural no recibe prácticamente luz por los árboles que puedan tener a su alrededor.
Para acabar, si tenemos la suerte de verlo florecer, podremos observar unas flores pequeñas y con coloraciones amarillas.


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