VARIDAD DE CACTUS

Cactus Ferocactus Herrerae

Su nombre científico honra al biólogo que lo descubrió, Alfonso L. Herrera.

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El Ferocactus Herrerae es también uno de los primeros cactus que tuve y que, hoy en día, continúa vivo. Lo podemos encontrar también por cactus de barril o lengua del demonio entre otros. Crece en forma globular hasta que ha conseguido su tamaño de diámetro máximo, a continuación, empieza a crecer en altura, registrando números de hasta dos metros de altura por cincuenta centímetros de diámetro. Es de color verde claro y lo más característico podría decir que son las espinas.

En esta especie, las costillas están muy marcadas y se pueden apreciar a simple vista, de igual manera que los pinchos. Tiene entre trece y quince costillas cuando llegan al estado adulto y las espinas, son de un rojo oscuro en la base y se va aclarando a medida que llega a la punta. No tiene ninguna espina radial, todas son centrales, que son entre siete y nueve que se abren hacia el exterior y hay una de ellas que es completamente plana, bastante más larga que las otras y con la punta curvada (tipo anzuelo).

En cuanto a la floración, es prácticamente inexistente. Es muy extraño que surjan flores en aquellos cactus que todavía no han cumplido quince años, pero cuando ya tienen la edad suficiente produce flores de forma abundante de color amarillo, morado o lila entre la primavera y el verano. Cuando estas se han pasado, tenéis que ser conscientes que las semillas que puedan salir serán vuestra única forma de reproducir este fantástico ejemplar si es que lo deseáis, puesto que no es una especie que acostumbre a hacer hijuelos. Necesita estar en un lugar muy luminoso y con radiación solar directa, sobre todo si queréis flores para reproducirlo y crear nuevos ejemplares.

Para acabar, el riego es abundante sobre todo en la época calurosa. Durante el verano se puede regar una vez por semana, en la primavera si hace mucho calor, también nos podemos permitir de hacerlo una vez a la semana, si no es así, con una vez cada quince días hay más que suficiente. En otoño ya tiene que ser casi nulo para llegar a no aportar agua cuando venga el frío. Su mayor enemigo es el exceso de humedad porque puede producir la muerte y también los hongos que obviamente también lo pueden matar.

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