La Mammillaria Spinosissima es sin duda uno de los cactus más conocidos por toda persona que coleccionista de cactus. No es muy difícil de saber cuál puede ser su nombre vulgar, ya que todo se basa en «Spinosissima». Así pues, la podemos conocer como Biznaga espinosa y la podemos encontrar repartida prácticamente por todo México. Cuando es pequeña tiene forma globular, de color azul-verdoso y unas espinas de varios colores (blanco, amarillo, rubí, rojo o marrón) que a simple vista no invitan mucho a tocarlas. Con el tiempo cambia a forma cilíndrica y puede conseguir medir treinta centímetros de altura y tener un diámetro de hasta diez centímetros. Tiene un número bastante elevado de espinas: de diez a treinta son radiales y de dos a diecisiete de centrales.
Las flores también son curiosas: salen en la parte superior en forma de corona y son de color rosa con las esquinas rojizas. Salen en la primavera y puntualmente en otoño. Después de la flor, salen las semillas dentro de un fruto pequeño de color verdoso. La Mammillaria Spinosissima es una especie que aguanta considerablemente bien el frío, sin exponerla a temperaturas inferiores a dos grados negativos. Soporta sin problemas los climas tropicales cálidos y sobre todo secos. A diferencia de otras especies si la compráis y la tenéis al interior en una zona muy iluminada y la queréis poner afuera siempre que el clima lo permita, le tenéis que acostumbrar al cambio, si no, conseguiréis que se queme y muera. Con esto quiero decir que lo tenéis que ir acercando al sol gradualmente.
Por ir acabado, el riego ha de ser moderado, entre una vez y dos por semana en verano y primavera, siempre asegurándonos que la tierra está completamente seca y en otoño e invierno, suprimir la aportación de agua.
No tiene grandes enemigos aparte del exceso de humedad, la cochinilla o los caracoles (que estos, por extraño que sea, siempre encuentran el rincón para disfrutar de este excelente aperitivo.)
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