Aquí tenemos al Myrtillocactus geometrizans, originario de México y lo conocemos con los nombres comunes de padre nuestro o «garambullo». Es una planta muy valorada porque ayuda a controlar la erosión del suelo y también ayuda a filtrar el agua de lluvia. Se trata de un cactus con forma de candelabro, columnar y muy ramificado. Con unos tallos que crecen juntos y densamente. Si están plantados en su hábitat natural, pueden llegar a medir cuatro metros y medio de altura y crecer hasta cinco metros de anchura. Tiene una mezcla de colores entre marrón y gris. Produce un fruto pequeño dulce y comestible muy parecido a un arándano, de color rojo oscuro y con un diámetro de entre ocho y veinte milímetros.
Las flores se ven pequeñas en comparación a la dimensión del cactus. Hacen entre dos centímetros y medio y tres centímetros y medio, y acostumbran a ser de color blanco verdoso. La época de floración es entre febrero y abril, y estas duran solo un día, lo cual es una pena si no estás presente en casa o allá donde sea que lo tengas. Un apunte curioso es que no florecerá hasta que tenga una altura de sesenta centímetros.
Son cactus semi resistentes, esto quiere decir que nos tenemos que asegurar que la temperatura mínima que este Myrtillocactus soporta son los cuatro grados negativos. Sin embargo, es adecuado controlar que la temperatura mínima nocturna no baje de los diez grados positivos. Cuando esto pase, se le tiene que aportar algún tipo de protección, como un plástico de invernadero o moverlo si es posible al interior de casa.
En cuanto al riego, tiene que ser abundante y regular en verano, siempre dejando secar el sustrato antes de volver a suministrar agua a la planta. En invierno, el riego tiene que estar muy limitado, para evitar que los tallos y las ramas se marchiten. Por eso, os recomiendo que aportéis agua una vez al mes. Como es un cactus que a medida que crece va tomando la forma de un árbol, por lo tanto, se hará grande, necesitan mucho espacio. Nos podemos encontrar que, si no le damos suficiente espacio, si por mala suerte hubiera una racha de viento muy fuerte, habría el peligro que lo tumbara, provocando su rotura parcial o total, y esto señoras y señores, sí que sería una gran desgracia.
En cuanto a las plagas, es una planta relativamente resistente, es muy rústica; aun así, no nos tenemos que dejar engañar por su apariencia y tenemos que controlar ya la madre de todas las plagas, las cochinillas.
Finalmente, hemos de tener muy claro que, a la hora de trasplantar el Myrtillocactus tenemos que esperar dos años o también cuando observemos que la maceta se ha quedado pequeña. Cuando son pequeños conviene proporcionar semi sombra y cuando ya son ejemplares adultos, dar pleno sol.
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